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Baby FIAT, el "polaquito"


Si hay un coche que la mayoría de los aficionados asocian con Polonia es sin duda el FIAT 126, o mejor dicho el Polski FIAT 126. Es cierto que, como he comentado en un post anterior, el Warszawa fue el primer coche producido a gran escala en el país y que del FIAT 125 se hicieron cerca de un millón y medio de unidades, pero el pequeño FIAT ha sido durante décadas el elemento que no faltaba nunca en cualquier postal de Polonia.


A principios de los setenta tener un coche en Polonia era un lujo que pocos se podían permitir así que las autoridades de la época se propusieron encontrar un coche que estuviese a la altura de sus posibilidades y permitiera popularizar el automóvil. Visto el éxito que había tenido el FIAT 500 en Italia se escogió su sucesor para el proyecto. La propia FSO constituyó con FIAT la FSM (Fábrica de Coches Pequeños). Al contrario que FSO, FSM acabó integrada en el grupo FIAT y desde su fundación no ha dejado de producir modelos del fabricante italiano como los actuales Panda y 500.

El 126 recuerda al SEAT 133. Ambos se desarrollaron siguiendo la misma filosofía que consistía en mantener la plataforma y la mecánica de un modelo anterior y diseñar una nueva carrocería adaptada al estilo de los años 70. En el caso del 133 el modelo de partida era el FIAT / SEAT 850, mientras que el 126 tomaba la base de su predecesor, el FIAT 500.


Tanto el 126 como el 133 recuerdan al 127 por su línea, pero a diferencia de éste los dos tienen el motor y tracción trasera. El 126 heredaba el bicilíndrico refrigerado por aire del 500 que también montarían luego los primeros FIAT Panda 30 y algunos Cinquecento de los 90. Inicialmente los motores eran de 594cc y con los años crecieron hasta los 652cc.


La producción del 126 en Polonia comenzó en 1973, pero la mayoría de los más de 3 millones de unidades que se produjeron se fabricaron durante los años 80. A pesar de su tamaño, el 126 era el coche familiar de quien se lo podía permitir. El 126 siempre ha sido un coche simpático, en muchos países lo conocen como Baby FIAT. En Polonia uno de los nombres que recibe es Maluch, que viene a significar algo así como niño, cachorro o pequeño. En Cuba, donde también llegaron unos cuantos, como al resto de los países del bloque comunista, se le conoce como el Polaquito.

En una de las fotos que hay en el Museo de la Ingeniería de Cracovia se puede ver cómo, si era necesario, podía utilizarse incluso para transportar una lavadora.


De las modestas prestaciones no es necesario que hablemos, con 24CV es toda una heroicidad llegar a los 120 km/h, pero eso sí, con un motor refrigerado por aire sabemos que nos dará pocos problemas.

En 1987 apareció el 126 Bis, la parte trasera se modificó para poder poner una tercera puerta y un pequeño maletero, de forma que el motor quedaba debajo y estaba refrigerado por agua. El Bis se mantuvo el producción hasta 1991, mientras que la versión refrigerada por aire se produjo hasta 2000, sobreviviendo al mismo Cinquecento al que debía sustituir.


En 1994 el 126 sufrió modificaciones importantes, las líneas de la carrocería se suavizaron de cintura para abajo, el plástico ganó terreno tanto en el interior como en el exterior y adoptó algunos elementos del Cinquecento, como el volante.

A pesar de que no hace mucho el 126 se encontraba en cualquier rincón de Polonia ahora ya no quedan tantos como cabría esperar, con la importación masiva de coches de segunda mano de Alemania la mayoría de los polacos han preferido olvidar las estrecheces a las que obligaba al 126. las versiones más antiguas, las que llevan los paragolpes cromados y el logo de Polski FIAT son las más buscadas por los coleccionistas y es posible encontrar algunos ejemplares muy bien restaurados.

La última serie del 126 se llamó Happy End, se hicieron 1,000 unidades, la mitad rojas y la otra mitad amarillas. El último ejemplar está en Turín en la colección de FIAT. En las fotos puede ver uno de los últimos de la serie, el 0979, también sin estrenar, que está en el museo de Cracovia, incluso lleva reposacabezas en los asientos posteriores.

Cuando era pequeño que mi padre se compraba la enciclopedia Salvat del automóvil por fascículos. La versión original era italiana y el 126 era protagonista de varios artículos, recuerdo que en algún lugar aparecía la maqueta en arcilla a escala 1:1 del 126. En la sección donde se contaba la historia de FIAT había un dibujo a todo color de un 126 diseccionado que ocupaba dos páginas. Como aficionado a los coches clásicos me ha encantado volver a Polonia y ver que Maluch, o el Polaquito, aquel coche que yo de pequeño solo conocía por fotografías se puede ver en los museos, pero también sigue vivo en la calle.

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