Los Falcon argentinos
Muchos forofos europeos quizás sólo recordarán el Ford Falcon como el coche que Aaron Kaufman preparó para subir a Pikes Peak en el programa de Fast N’ Loud. Para los argentinos la historia es bien diferente. El Falcon es, desde hace más de medio siglo, un elemento más del paisaje de su país.
El nombre Falcon lo han llevado varias generaciones de modelos de la marca de Detroit. Precisamente el año pasado se fabricó el último en la planta australiana de Broadmeadows, acabando de paso con la fabricación de Ford en el país después de 91 años. Con los últimos ejemplares australianos los Falcon argentinos sólo comparten el nombre.
Como el de Kaufman, el modelo argentino pertenece a la primera generación del Falcon norteamericano (1960-63). En Estados Unidos la gama era muy completa, con sedanes, coupés, convertibles, pick-ups, rancheras, etc. De todas aquellas versiones a Argentina sólo llegó el sedan de 4 puertas. La producción del Falcon empezó en La Boca en 1962, con el montaje de piezas que venían de los Estados Unidos. Un año más tarde, cuando esta primera serie desaparece del catálogo norteamericano, se inicia la fabricación en Argentina donde perduraría hasta 1991. En 30 años se fabricó cerca de medio millón de unidades, algo más de los que se hicieron en los Estados Unidos durante el primer año de fabricación. En este enlace podéis encontrar abundante información sobre la evolución del Falcon en Argentina: www.todofalcon.com.ar
Las principales modificaciones que se hicieron inicialmente fueron para adaptar el modelo a las carreteras y los caminos argentinos, con una suspensión reforzada y más elevada. A lo largo de tres décadas el Falcon sufrió varias actualizaciones, siempre con motores de 6 cilindros, excepto un breve periodo en los 80 en el que hubo una versión de 4. La evolución estética se concentró básicamente en el frontal y los pilotos posteriores, personalmente encuentro que los más atractivos eran los de pilotos redondos de la primera generación, la última llegó a traer los pilotos de los últimos Taunus / Cortina europeos, que en aquella época le debían de dar un toque más moderno, pero que sin duda no le pegan.
Al sedan se incorporó en 1968 una ranchera, llamada “Falcon Rural”, derivada del modelo argentino de 4 puertas y que por lo tanto no tenía relación con la ranchera original de los Estados Unidos que tenía la batalla más larga y había dejado de fabricarse años antes. El ejemplar verde que podéis ver más arriba lo fotografié en diciembre pasado cerca de Caminito. En 1971, también derivada del sedan, se presentó una versión pick-up llamada Ford Ranchero, como podéis ver en otra foto, todavía hay ejemplares trabajando día a día por las calles de Buenos Aires. En el post sobre el Museo Lira de Chile podéis encontrar otro Ford Ranchero.
El Falcon consiguió ser el modelo más vendido en Argentina en años tan distantes entres si como 1965, 1971, 1972, 1974, 1979 y 1983. Todavía hoy en día es inevitable pasear por Corrientes y encontrarse algún Falcon rodando por la calle. Muchos se encuentran en un estado bastante lamentable, los más nuevos tienen ya alrededor de 25 años, pero también hay quién se los restaura y los mantiene impecables.
Los Falcon han sido taxis, ambulancia, coche de policía, coche fúnebre, etc., más o menos lo que vino a ser el SEAT 1500 en España. La última unidad fabricada fue sorteada entre los empleados de la planta de Ford en Pacheco y fue noticia cuando el afortunado ganador la puso a la venta en 2009. Hace poco también apareció sin estrenar una unidad de la última serie.
Los Falcon desgraciadamente también forman parte de la historia negra de Argentina. Durante la dictadura, las fuerzas de represión se hicieron famosas, entre otras cosas, por utilizar los Falcon cuando iban a buscar a sus víctimas. Hay decenas de testimonios que aseguran haber visto por última vez a personas desaparecidas cuando eran introducidas a la fuerza en un Falcon.
En 2012, en una inspección en la base naval de Puerto Belgrano, aparecieron 43 Falcon y un Chevy cubiertos de polvo en un galpón. La Secretaría de Derechos Humanos decidió intervenir los vehículos argumentando: “De lo expuesto se colige que en la maquinaria represiva del estado la utilización de este modelo de automóvil efectivamente contribuyó a los oscuros designios de los militares, en la práctica, como un instrumento que permitió el secuestro y traslado de innumerables personas, y desde lo simbólico, sembrando el terror entre la población pues cuando éstos vehículos se veían, ello –muchas veces- era señal de que los grupos de tareas estaban operando en el lugar”. Los Falcon de Puerto Belgrano, como algunos aviones que participaron al “vuelos de la muerte”, fueron analizados para encontrar pruebas que ayuden a aclarar este periodo tan lamentable de la historia argentina. Esperemos que estos Falcon empolvados puedan aportar alguna pista que contribuya a condenar los culpables de aquellos crímenes.