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Land Rover "ticos"

Land Rover es una de esas míticas marcas de automóviles que incluso si no eres aficionado a los coches clásicos conocerás. La saga de modelos todoterreno que comenzó en 1948 con la serie I evolucionó durante setenta años hasta que hace unos meses se dejó de fabricar el último Defender basado en el modelo original.




Considerado como uno de los iconos de la industria británica, durante estas siete décadas el Land Rover ha sido también ensamblado en más de una veintena de países. En España todo el mundo conoce la historia de Santana, pero la empresa andaluza no fue la única en fabricar bajo licencia estos modelos, el Land Rover también fue fabricado en Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Venezuela, Bélgica, etc.


Siempre que he ido a Costa Rica me ha llamado la atención la cantidad de Land Rovers, sobre todo de la serie III, que aún se encuentran por los caminos. Hace unas semanas, viajando de San Carlos a la capital, pedí al amigo que me llevaba que se detuviera un momento para poder fotografiar un serie II. Cuando supo de mi interés por los coches viejos enseguida me hizo saber que aquello era territorio Land Rover y se ofreció a hacer un tour temático por la zona. Con aquel serie II, que esperaba entre la niebla junto a una plantación de piña, comenzó el tour. Luego, aparte de unos cuantos Land Rover y Land Cruiser que encontramos por el camino, la primera visita fue al taller de un primo que se dedica precisamente a restaurar Land Rovers, algunos de los cuales acaban emigrando hacia los Estados Unidos.

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Fue allí donde hice la foto con los tres ejemplares, cada uno de una serie, que esperaban juntos a ser restaurados. En el mismo lugar descubrí que aquellos coches habían sido montados en Costa Rica. Entre 1963 y finales de los setenta, con unos aranceles para los vehículos terminados que resultaban prohibitivos, una empresa local se dedicó a importar las piezas en CKD desde Inglaterra, y seguramente también desde Linares, para ensamblar los coches en el país centroamericano. Hasta 1969 apenas se montaron 2.000 coches, pero más tarde la producción se incrementó hasta llegar a las 35000 unidades de Land Rover "ticos". Aquella producción local fue posible gracias a que Nora Carbalho y John Schofield, propietarios del Grupo Electra, no se conformaron con importar los vehículos y crearon Ensambladora Automotriz, que incluso montó algunos Range Rover durante los años 70.


En el mismo pueblo me presentó a un amigo que había restaurado un serie III beige, la restauración era tan buena que parecía salido de fábrica. En el mismo jardín, escondido bajo un toldo, descubrí un serie I de 1956. Éste había sido fabricado en Gran Bretaña y llamaba la atención por tener un número de matrícula increíblemente bajo, el 95 de Costa Rica.

La última sorpresa llegó cuando me presentó a Emilio, un sobrino que ha hecho de un serie III su pasión. Emilio se ofreció a dar una vuelta por los caminos con su todoterreno. A pesar de la dureza de la suspensión y la dificultad para seguir una línea recta con aquella dirección tan imprecisa, conducir su Land Rover por aquellos caminos a la falda del volcán Poás fue una experiencia emocionante. La próxima vez no puedo dejar de ir a una de las reuniones de todo terreno que se organizan en la zona en las que se congregan muchos Land Rover de fabricación "tica".

También puedes leer este post en catalán e inglés

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